Hasta
hace poco tiempo las primeras expresiones de cultura conocidas provenían de los
territorios de Mesoamérica, donde nacieron las civilizaciones Maya, Olmeca,
Tolteca, Zapoteca y Teothiuacana, que derivaron en los Aztecas, o en el Perú,
donde existieron las culturas de Chavin, Paracas, Mochica, Nazca y
Huari-Tiahuanacu, que derivaron en los Incas. Todo este proceso se dio entre
quinientos años a.C. y el primer mileneo de la era cristiana.
Ahora bien, si hablamos de presencia humana en
el territorio anterior al horizonte formativo cultural, las más antiguas
muestras en Colombia proceden de El Abra, muy cerca a Bogotá, y corresponden a
10.450 años a.C. Dichos hallazgos, se encuentran en abrigos rocosos formados
por un lago que ocupó la Sabana hace 30.000 años. Otros yacimientos (Tibitó,
Tequendama, entre 6.000 y 11.700 años) contienen muestras de la fauna y
entierros humanos.
Hacia el último
milenio a.C., empieza el desarrollo de las culturas que se desplazan para ocupar
la mayoría de las zonas aptas para los cultivos. Se conforman asentamientos con
algún nivel de infraestructura, se dan avances en tecnologías de producción, el
comercio de trueque y algunas formas de conocimiento científico, matemático y
astronómico. Sobresalen los Panzenúes, que ocupaban las zonas cercanas a los
ríos Sinú y San Jorge y que dominaban técnicas de drenaje y cultivos
estacionales hace ya dos mil años. Así mismo sobresalieron las culturas de San
Agustín y Tierradentro