Los caribes, llamados caríbales o galibi en algunos documentos históricos, denominaciones derivadas del proto-caribe *karipona:'hombre(s)'— eran un conjunto de pueblos que, en el momento del contacto colombino en el siglo XV, ocupaban el norte de Colombia, el noreste de Venezuela y varias Antillas Menores. En las islas del mar Caribe desaparecieron como etnia independiente como consecuencia de la colonización europea, aunque en Venezuela, Brasil y Las Guayanas continuaron dando lugar a los galibis (kari'ñas) modernos y otros pueblos. En las islas se dio el mestizaje con africanos en la isla de San Vicente; viven en la actualidad en Honduras. Los caribes pertenecían a la familia lingüística más amplia a la que dieron su nombre y cuyos otros miembros se hallan en el norte de Sudamérica.
Organización social
Los caribes se agrupaban en clanes familiares de linaje patrilineal llamados cacicazgos manteniéndose alianzas como pueblos federados.
No residían en poblados; sus bahareques eran apartados unos de otros y de cuidadosa construcción con materiales naturales como: pilotes estructurales de madera, con cubiertas protectoras a dos aguas, elaboradas con las hojas de la palmera de la región, divisiones y paredes interna en esterillas guadua, caña brava, algún tipo de cactus, recubiertas de una argamasa de origen vegetal que además utilizan en el inmobiliario interno, y una última
capa para el lustre de algún tipo de cal.
Actividad económica
La pesca de grandes especies, tanto de océano como de río, era la fuente principal para su alimentación, la conservaban por largos períodos con técnicas de humeado, secado y salado. Llamaban a su cocina barbacoa, era un mesón de madera cubierto por tierra donde asaban y cocinaban sus alimentos. Su agricultura cosechaba: papa, arracacha, uchuva, maíz, yuca o mandioca, coca, tabaco, algodón, cacao, ají, achira, aguacate, distintos tipos de frijoles, ahuyama, guayaba, maguey.
Pintura corporal
La costumbre general de estas etnias en
las regiones tropicales era la de no cubrir sus genitales y el uso de tintes
vegetales y minerales para la creación de pinturas cosméticas, que además de
proporcionar protección contra insectos, eran principalmente un distintivo de
familia y de reconocimiento delante otras etnias. Llevar el nombre familiar
pintado en la cara, es una costumbre bien descrita por investigadores koriguages;
éstos utilizan diseños estilizados en tintes de color negro, donde representan
el animal característico de su familia, el diseño más común en estas gente era:
un murciélago contando con los de jaguar, araña y mono, muy similares a los
usados por los embera y karajá amazónicos y gran número de familias
de etnia caribe.
Uniones familiares
Para las uniones familiares
estas etnias americanas practicaban poligamia masculina por endogamia y exogamia esta última con
dimensiones antropológicas muy significativas, relacionada íntimamente con el
carácter expansionista de esta etnia. Seguía la exogamia en casos de uniones
consentidas, patrones matrilineales y patrilineales, de acuerdo con las
arreglos pactados por las familias, un ejemplo de esto es: el linaje Tama. En
las uniones no consentidas, se lograba con el sacrificio del total de los
varones, dejando en condiciones aptas para la unión a las mujeres de la etnia
sometida, asegurando de esta forma la trasmisión del material genético de
manera patrilineal.
Antropofagia
Las crónicas históricas
afirman que los caribes practicaban la antropofagia. Su expansionismo los llevó a
tomar los poblados que no permitían la exogamia pacífica, en los que
mataban a los varones (adultos y niños) para tomar en exogamia a sus mujeres
viudas y solteras. Sin embargo, los antropólogos se muestran divididos en
cuanto a la realidad de estos hechos.
Lengua
Los caribes hablaban alguna lengua de la familia que lleva su nombre, pero
esta desapareció después del contacto con los europeos. Aunque los
descendientes de los caribes y los esclavos negros sobreviven actualmente y
hablan el idioma garífuna, esta
lengua no es una lengua caribe sino arahuaca. Esto se debe a que las
mujeres de los caribes solían comunicarse en taíno —el
idioma de muchas de ellas que habían sido secuestradas en las incursiones
belicosas en las Antillas orientales— y al ser ellas quienes criaron a las
nuevas generaciones, el garífuna devino en lengua arahuaca.