lunes, 25 de abril de 2016

LA RECONQUISTA ESPAÑOLA

A la fase del movimiento de las Juntas Americanas y la conformación de los primeros gobiernos, llamados en el Nuevo Reino de Granada la Primera República Granadina o Patria Boba, sucedió una etapa de reacción realista o reconquista española entre 1816 y 1819.

Hacia 1814, tras el regreso de Fernando VII al trono español, se organizó el ejército para la campaña de reconquista del territorio neogranadino. Estaba formado por un total de 10.000 soldados y 291 jefes bajo las órdenes del mariscal Pablo Morillo, quien se había hecho militar, como la mayor parte de sus hombres, durante la campaña de independencia de España del yugo francés. Esta tropa fue, junto con el batallón enviado a Veracruz en 1811, la única que España envió a sus colonias durante todo el proceso de independencia, lo que demuestra que la guerra de quince años se sostuvo con americanos fundamentalmente. Mientras el absolutismo español preparaba la máquina militar de aquel ejército expedicionario, los territorios venezolano y neogranadino veían sucumbir la resistencia patriota ante la reacción de los propios criollos. El año 1814, que presidió a la invasión de Morillo, fue uno de los más nefastos para la causa de la libertad. En Venezuela, donde existía una honda división entre esclavos, negros libres y mulatos (que eran la mayor parte de la población) y una minoría de blancos, los realistas, defensores del dominio español, lograron atraer para su causa sectores de origen negro. José Tomás Boves, un español acriollado en los llanos, aglutinó una fuerza llanera de hombres de color y los lanzó contra la república que había instalado Simón Bolívar en Caracas. Era una fuerza de caballería capaz de atacar certeramente un objetivo distante con enorme velocidad y precisión, y retirarse luego a sus bases de los llanos, donde no podían entrar los republicanos sin peligro de perecer. Ante la imposibilidad de aplastar la fuerza realista y una victoria de Boves en la Puerta el 3 de febrero de 1914, motivó a Bolívar a emprender una empresa de represión contra los realistas, que logro contenerlos por espacio de tres meses. En junio del mismo año, Boves obtiene una nueva victoria en la Puerta y, al mes siguiente tomó Valencia. Bolívar tiene que evacuar Caracas y dos días después la ciudad cayó en manos de los realistas y el 16 de julio entró en ella el temible Boves, quien persiguió a los patriotas durante su marcha hacia el este. Bolívar, traicionado por algunos de sus compañeros, fue depuesto de su mando como presidente y debió abandonar su patria el 8 de septiembre, embarcándose hacia Cartagena.

En Colombia las cosas no fueron mucho mejor. En Santa Marta, el levantamiento de los realistas quedó en permanente estado de guerra contra Cartagena. En el sur, las tropas realistas del brigadier Sámano avanzaron desde Pasto sobre Popayán, se apoderaron de Cali y Buga, amenazando con seguir hacia Santa Fe de Bogotá. El presidente de Cundinamarca, Antonio Nariño, comprendió el peligro y organizó un ejercito para detener a Sámano. En enero de 1814 tomó Popayán, donde se detuvo dos meses, y en marzo se movilizó hacia Pasto. El 10 de mayo atacó Pasto y fue derrotado. El ejercito cundinamarqués se dispersó por los alrededores y Nariño fue encontrado en las montañas por un soldado que lo entregó al brigadier Aymerich. El jefe realista lo encarceló y posteriormente, fue enviado a la Península, y en ausencia de Nariño, Cundinamarca cayó bajo la dictadura de Manuel Bernardo Álvarez, investido en sus poderes por el mismo Colegio Electoral ante el desastre de la campaña del sur.

A finales de septiembre de 1814 llegó a Cartagena Bolívar, tras el desastre de Venezuela. Se dirigió a Tunja, donde fue recibido por Camilo Torres, presidente del Congreso. Inmediatamente se le concedió mando de tropa y se le dio la misión de someter Cundinamarca. Con el apoyo de 2.800 hombres penetró en la provincia rebelde y finalmente sitió y asaltó Santa Fe de Bogotá, que capituló el 12 de diciembre del mismo año. El Colegio Federal nombró gobernador interino de Cundinamarca a José Miguel Pey e invitó al Congreso Federal a instalarse en la capital, lo que hizo en enero siguiente.

Bolívar recibió entonces la comisión de liberar Santa Marta. Se dirigió a la costa y pidió ayuda militar a Cartagena, que se la negó. Irritado por la falta de colaboración, puso sitio a la plaza patriótica durante un mes. Lo levantó cuando tuvo noticias de la llegada del ejército expedicionario de Morillo a Venezuela. Hizo entonces renuncia al mando y celebró un convenio de paz, embarcándose para Jamaica el 8 de mayo de 1815. Mientras tanto, el ejercito expedicionario que había salido de Cádiz el 17 de febrero de 1815, llegó a Margarita el 17 de abril. El jefe patriota Arismendi entregó la isla y fue perdonado por haberse alzado contra el rey. Tras tocar Cumaná, entro en Caracas, donde dio varias disposiciones militares que hicieron presagiar el fin del orden civil. Creó un Consejo de Guerra permanente contra los revolucionarios, sustituyó la Audiencia por un Tribunal de Apelaciones, erigió una Junta de Secuestros para confiscar los bienes de los patriotas que se habían comprometido en la lucha contra España, exigió un empréstito forzoso de 200.000 pesos y, finalmente, dio una proclama a los neogranadinos anunciándoles que sus tropas venían a restablecer el orden y la paz y no a verter sangre. Como Venezuela estaba ya pacificada, desde su punto de vista, la dejó al mando del general Salvador Moxó y partió hacia la Nueva Granada junto con 3.000 soldados venezolanos.

El ejército expedicionario de Morillo desembarcó en Cartagena el 20 de agosto y puso sitio a la plaza durante más de cien días. Se rindió el 5 de diciembre de 1815. Era la primera vez que alguien lograba tomar dicha ciudad desde que fuera fortificada a comienzos del siglo XVII.

La represión española fue muy dura. Unos 400 cartageneros fueron fusilados y otros fueron procesados por el Consejo de Guerra permanente. Morillo dejó 3.000 hombres en la ciudad a las órdenes del nuevo virrey y dividió el resto de su ejército en cuatro columnas para ocupar el territorio neogranadino: una hacia Ocaña y El Socorro, otra hacia el Chocó, la tercera a Antioquia y la cuarta por el Magdalena con dirección a Bogotá. Las tropas de la Confederación fueron derrotadas y Camilo Torres renunció, nombrándose presidente a Fernández Madrid para que hiciera la capitulación. Los restos del ejército patriota huyeron hacia los Llanos o hacia el sur y Santa Fe capituló ante la batalla de la Cuchilla del Tambo (30 de junio), donde el coronel realista Sámano venció la fuerza que dirigía el nuevo presidente de la Confederación, Liborio Mejía a quien Madrid había traspasado el cargo. La Patria Boba había dejado de existir.

La represión española en Bogotá fue sangrienta. El Tribunal de Purificación creado por Morillo enjuició a numerosos patriotas que fueron fusilados, como Antonio de Villavicencio, Miguel Pombo, Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Liborio Mejía, etc. En Bogotá quedó Sámano como gobernador y Morillo se movilizó hacia Venezuela.

LAS TRECE COLONIAS INGLESAS EN NORTE AMÉRICA Y SU INDEPENDENCIA APOYADA POR ESPAÑA Y FRANCIA

Las colonias inglesas: En 1607 un grupo de atrevidos colonizadores ingleses construyó una diminuta aldea en Jamestown, Virginia. Portadores de una cédula del Rey Jaime I de Inglaterra, fundaron la primera colonia inglesa que sobrevivió. Una compañía londinense interesada en obtener utilidades financió la fundación, pero nunca las obtuvo. De los primeros 105 colonos, 73 murieron de hambre y enfermedades en los primeros siete meses después de su arribo. Pero la colonia con el tiempo creció y prosperó. Los virginianos descubrieron la forma de ganar dinero con el cultivo del tabaco, el cual empezaron a enviar a Inglaterra en 1614.

En Nueva Inglaterra, la región nororiental de lo que hoy es Estados Unidos, los puritanos ingleses establecieron varias colonias. Estos colonizadores pensaban que la Iglesia de Inglaterra había adoptado demasiadas prácticas del catolicismo, y llegaron a América huyendo de la persecución en tierras inglesas y con la intención de fundar una colonia basada en sus propios ideales religiosos. Un grupo de puritanos, conocidos como los peregrinos, cruzaron el Atlántico en un barco llamado Mayflower y se establecieron en Plymouth, Massachusetts, en 1620. Una colonia puritana mucho más grande se estableció en el área de Boston en 1630. Para 1635, algunos colonizadores ya estaban emigrando a la cercana Connecticut.

Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes, constructores, soñadores. América les prometía, como dijo el poeta Robert Frost, un nuevo comienzo para la raza humana. Desde entonces, los estadounidenses han considerado a su país como un gran experimento, un modelo valioso para otras naciones. Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo frecuentemente intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo Día, y los herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros de la iglesia, y los salarios de los ministros se pagaban de los impuestos.

Roger Williams, un puritano que no estaba de acuerdo con las decisiones de la comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones religiosas. Obligado a salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual garantizaba libertad religiosa y la separación del estado y la iglesia. Las colonias de Maryland, establecida en 1634 como refugio para católicos, y Pennsylvania, fundada en 1681 por el dirigente cuáquero William Penn, también se caracterizaron por su tolerancia religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos de colonizadores al Nuevo Mundo.

Con el paso del tiempo, las colonias británicas de América del Norte fueron ocupadas también por muchos grupos de origen no británico. Agricultores alemanes se establecieron en Pennsylvania, los suecos fundaron la colonia de Delaware y los primeros esclavos africanos llegaron a Virginia en 1619. En 1626, colonizadores holandeses compraron la isla de Manhattan a los jefes indígenas de la región y erigieron la ciudad de New Amsterdam; en 1664, esta colonia fue tomada por los ingleses y rebautizada con el nombre de New York.

La época colonial: Para el visitante extranjero, Estados Unidos siempre ha dado la impresión de ser no una cultura sino una mezcla de diferentes culturas. En la época colonial, esta mezcla de tradiciones contrastantes ya estaba tomando forma. El estrecho idealismo de Massachusetts coexistía con uno más tolerante de Rhode Island, la diversidad étnica de Pennsylvania y la práctica agricultura comercial de Virginia. La mayoría de los colonos trabajaba en granjas pequeñas. En las colonias sureñas de Virginia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, los terratenientes crearon extensos plantíos de tabaco y arroz en las fértiles cuencas ribereñas. Estos plantíos eran trabajados por negros bajo el sistema de esclavitud (que se había desarrollado lentamente desde 1619) o por ingleses libres que convenían en trabajar sin pago durante varios años a cambio de su travesía a América.

Para 1770 ya habían surgido varios centros urbanos pequeños pero en proceso de expansión, y cada uno de ellos contaba con periódicos, tiendas, comerciantes y artesanos. Philadelphia, con 28.000 habitantes, era la ciudad más grande, seguida por New York, Boston, y Charleston. A diferencia de la mayor parte de las demás naciones, Estados Unidos jamás tuvo una aristocracia feudal. En la era colonial la tierra era abundante y la mano de obra escasa, y todo hombre libre tenía la oportunidad de alcanzar, si no la prosperidad, al menos la independencia económica.

Todas las colonias compartían la tradición del gobierno representativo. El monarca inglés nombraba a muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una asamblea elegida. El voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, pero la mayoría de los hombres blancos tenía propiedades suficientes para votar. Inglaterra no podía ejercer un control directo sobre sus colonias norteamericanas. Londres estaba demasiado lejos, y los colonos tenían un espíritu muy independiente.

Para 1733, los ingleses habían ocupado 13 colonias a lo largo de la costa del Atlántico, desde New Hampshire en el norte hasta Georgia en el sur. Los franceses controlaban Canadá y Louisiana, que comprendían toda la vertiente del Mississippi: un imperio vasto con pocos habitantes. Entre 1689 y 1815, Francia y la Gran Bretaña sostuvieron varias guerras, y América del Norte se vio envuelta en cada una de ellas. En 1756 Francia e Inglaterra estaban enfrascadas en la Guerra de los Siete Años, conocida en Estados Unidos como la Guerra Francesa e Indígena. El primer ministro británico, William Pitt, invirtió soldados y dinero en América del Norte y ganó un imperio. Las fuerzas británicas tomaron las plazas fuertes canadienses de Louisburg (1758), Quebec (1759) y Montreal (1760). La Paz de Paris, firmada en 1763, dio a la Gran Bretaña derechos sobre Canadá y toda América del Norte al este del Río Mississippi.

La victoria de Inglaterra condujo directamente a un conflicto con sus colonias norteamericanas. Para evitar que pelearan con los nativos de la región, llamados indios por los europeos, una proclama real negó a los colonos el derecho de establecerse al oeste de los Montes Apalaches. El gobierno británico empezó a castigar a los contrabandistas e impuso nuevos gravámenes al azúcar, el café, los textiles y otros bienes importados. La Ley de Alojamiento obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos; y con la aprobación de la Ley de Estampillas, debían adherirse estampillas fiscales especiales a todos los periódicos, folletos, documentos legales y licencias.

Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de dinero para defender a sus colonias norteamericanas durante y después de la Guerra Francesa e Indígena. Seguramente su razonamiento era que los colonos debían sufragar parte de esos gastos. Pero los colonos temían que los nuevos impuestos dificultaran el comercio, y que las tropas británicas estacionadas en las colonias pudieran ser usadas para aplastar las libertades civiles que los colonos habían disfrutado hasta entonces.

En general, estos temores eran infundados, pero fueron los precursores de lo que han llegado a ser tradiciones profundamente arraigadas en la política estadounidense. Los ciudadanos desconfían del "gobierno poderoso"; después de todo, millones de inmigrantes llegaron a este país para escapar de la represión política. Asimismo, los ciudadanos siempre han insistido en ejercer cierto control sobre el sistema tributario que sostiene a su gobierno. Hablando como ingleses nacidos en libertad, los colonos insistieron en que sólo sus propias asambleas coloniales podían gravarlos. No admitiremos tributación sin representación era su grito de batalla.

En 1765, representantes de nueve colonias se reunieron como "Congreso sobre la Ley de Estampillas" y protestaron contra el nuevo impuesto. Los comerciantes se negaron a vender productos británicos, los distribuidores de estampillas se vieron amenazados por la muchedumbre enardecida y la mayoría de los colonos sencillamente se negó a comprar las mencionadas estampillas. El parlamento británico se vio forzado a revocar la Ley de Estampillas, pero hizo cumplir la Ley de Alojamiento, decretó impuestos al té y a otros productos y envió funcionarios aduaneros a Boston a cobrar esos aranceles. De nuevo los colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston.

Las tensiones se aliviaron cuando Lord North, el nuevo ministro de hacienda británico, eliminó todos los nuevos impuestos salvo el del té. En 1773, un grupo de patriotas respondi6 a dicho impuesto escenificando la Fiesta del Té de Boston: disfrazados de indígenas, abordaron buques mercantes británicos y arrojaron al agua, en el puerto de Boston, 342 huacales de té. El parlamento promulgó entonces las "Leyes Intolerables": la independencia del gobierno colonial de Massachusetts fue drásticamente restringida y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba cerrado a los buques mercantes. En septiembre de 1774 tuvo lugar en Philadelphia el Primer Congreso Continental, reunión de líderes coloniales que se oponían a lo que percibían como opresión británica en las colonias. Estos líderes instaron a los colonos a desobedecer las Leyes Intolerables y a boicotear el comercio británico. Los colonos empezaron a organizar milicias y a almacenar armas y municiones.

La revolución: Dígase a un estadounidense "1776" ó "4 de julio", e inmediatamente cualquiera de estas fechas le traerá a la memoria la Declaración de Independencia, cuando las 13 colonias originales se separaron de Inglaterra. El 19 de abril de 1775, 700 soldados ingleses salieron de Boston para impedir la rebelión de los colonos mediante la toma de un depósito de armas de estos últimos en la vecina ciudad de Concord. En el poblado de Lexington se enfrentaron a 70 milicianos. Alguien, nadie sabe quién, abrió fuego, y la guerra de independencia comenzó. Los ingleses fácilmente se tomaron a Lexington y Concord, pero a su regreso hacia Boston fueron hostilizados por cientos de voluntarios de Massachusetts. Para junio, 10.000 soldados coloniales habían sitiado Boston, y los británicos se vieron forzados a evacuar la ciudad en marzo de 1776.

En mayo de 1775, un Segundo Congreso Continental se reunió en Philadelphia y empezó a asumir las funciones de gobierno nacional. Creó un ejército y una marina continentales bajo el mando de George Washington, un hacendado virginiano y veterano de la Guerra Francesa e Indígena. Se imprimió papel moneda y se iniciaron relaciones diplomáticas con potencias extranjeras. El 2 de julio de 1776, el Congreso finalmente resolvió : Que estas Colonias Unidas son, y por derecho deben ser, estados libres y soberanos. Thomas Jefferson, con la ayuda de otros de Virginia, redactó una Declaración de Independencia, que el Congreso aceptó el 4 de julio de 1776

La declaración presentó una defensa pública de la Guerra de Independencia incluida una larga lista de quejas contra el soberano inglés Jorge III. Pero sobre todo, explicó la filosofía que sustentaba a la independencia, proclamando que todos los hombres nacen iguales, y poseen ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden gobernar sólo con el consentimiento de los gobernados; que cualquier gobierno puede ser disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo. Esta teoría política tuvo su origen en el filósofo inglés John Locke, y ocupa un lugar prominente en la tradición política anglosajona.

Al principio, la guerra fue desfavorable para los colonos. Los británicos se tomaron a la ciudad de New York en septiembre de 1776, y a Philadelphia un año después. Las cosas empezaron a cambiar en octubre de 1777 cuando un ejército británico bajo el mando del General John Burgoyne se rindió en Saratoga, en el norte del estado de New York. Alentada por esa victoria, Francia aprovechó la oportunidad de humillar a la Gran Bretaña, su enemiga tradicional. En febrero de 1778 se firmó una alianza franco-americana. Pese a sus escasas provisiones y limitado adiestramiento, las tropas coloniales pelearon bien en general, pero podrían haber perdido la guerra si no hubieran recibido ayuda del erario francés y de la poderosa marina francesa.

Después de 1778, la lucha se trasladó en gran medida al sur. En 1781, 8.000 tropas británicas al mando del General George Cornwallis fueron rodeadas en Yorktown, Virginia, por una flota francesa y un ejército combinado franco-americano al mando de George Washington. Cornwallis se rindió, y poco después el gobierno británico propuso la paz. El Tratado de Paris, firmado en septiembre de 1783, reconoció la independencia de Estados Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del Río Mississippi.

La creación de una constitución: Las 13 colonias eran ya estados libres y soberanos, pero aún no una nación unida. Desde 1781 habían estado gobernadas por los Artículos de la Confederación, una constitución que establecía un gobierno central muy débil. El pueblo acababa de rebelarse contra un parlamento en la distante Londres, y no quería remplazarlo con una autoridad central tiránica en su propio país. De acuerdo con los Artículos de la Confederación, el Congreso, compuesto por representantes del pueblo, no podía dictar leyes ni elevar impuestos. No había poder judicial federal ni poder ejecutivo permanente. Cada estado en lo individual era casi independiente: podía incluso establecer sus propias barreras fiscales.

En mayo de 1787 se reunió una convención en Philadelphia con instrucciones de revisar los Artículos de la Confederación. Los delegados, entre quienes estaban George Washington, Benjamin Franklin y James Madison, rebasaron su encargo y redactaron una constitución nueva y más viable, la cual estableció un gobierno federal más poderoso y con facultades para cobrar impuestos, conducir la diplomacia, mantener fuerzas armadas, y reglamentar el comercio exterior y entre los estados. Dispuso la creación de una Corte Suprema y tribunales federales menores, y dio el poder ejecutivo a un presidente electo. Lo que es más importante, estableció el principio de un "equilibrio de poder" entre las tres ramas del gobierno: los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Este principio le otorgó a cada rama medios propios para contrarrestar y equilibrar las actividades de las demás, garantizando así que ninguna de ellas pudiera ejercer autoridad dictatorial sobre las operaciones del gobierno.

La constitución fue aceptada en 1788, pero sólo después de muchas amargas discusiones. Muchos colonos temían que un gobierno central poderoso aplastara las libertades del pueblo, y en 1791 se agregaron a la constitución 10 enmiendas: la Declaración de Derechos. Este documento garantizó la libertad de culto, de prensa, de palabra, el derecho de los ciudadanos a portar armas, la protección contra cateos ilegales, el derecho a un juicio justo por un jurado, y la protección contra "castigos crueles e inusuales". Es la más antigua constitución escrita del mundo, perdurable por tratarse de un documento general que se puede interpretar de conformidad con los cambios de la época. O bien se puede enmendar, como ya se ha hecho en 27 ocasiones.

La Constitución dejó establecida una forma de gobierno federal con facultades divididas entre los gobiernos federales y estatales. Al gobierno federal corresponden todos los asuntos que afectan a la nación en general. De este modo, la Constitución y la Declaración lograron un equilibrio entre dos aspectos fundamentales pero contradictorios de la política: la necesidad de una autoridad central eficiente y fuerte y la necesidad de garantizar libertades individuales. Los primeros dos partidos políticos de Estados Unidos reflejaron esta división ideológica. Los Federalistas estaban a f:avor de un presidente fuerte y un gobierno central; los Republicanos Demócratas defendían los derechos de los estados en lo individual, porque ésto parecía garantizar mayor control y responsabilidad "locales". Este partido tenía las simpatías de los pequeños agricultores; el Partido Federalista era el favorito de las clases prósperas, y desaparecería en 1820.

Una nación nueva: El Distrito de Columbia (DC), que está rodeado por los estados de Maryland y Virginia, fue designado en la década de 1790 como la sede de la capital de la nación. Fue bautizada con el nombre de Washington en honor del primer presidente. En Washington, DC, quedó establecida la sede de las tres ramas del gobierno federal: la legislativa, la ejecutiva y la judicial. La rama legislativa la constituyen el Congreso, compuesto por dos cámaras, las cuales se reúnen en el Capitolio. La Cámara de Representantes se compone de miembros que se eligen en cada estado en proporción con su población. El Senado está compuesto por dos miembros que elige cada estado. El poder ejecutivo está compuesto por el Presidente quien, con ayuda de su Gabinete, se encarga de administrar la ley. El Presidente es elegido por todo el pueblo y habita en la Casa Blanca. La rama judicial esta compuesta por nueve magistrados de la Corte Suprema, a quienes incumbe la decisión final en lo que se refiere a la determinación de si una ley está conforme con el espíritu de la Constitución. Así pues, el Congreso elabora las leyes, el Presidente las pone en vigor y la Corte Suprema las interpreta.

Entre las atribuciones del gobierno federal están las de acuñar monedas, imponer tributos al pueblo, mantener un ejército, una armada y una fuerza aérea para defender a la nación y dirigir sus relaciones exteriores. Además, a través de los tribunales federales el gobierno tiene autoridad sobre las personas en casos relacionados con la interpretación de la Constitución o de las leyes y tratados elaborados al amparo de la misma.

Los gobiernos estatales conservan el poder exclusivo en lo que se refiere a todo asunto local. Tienen su gobernador, sus asambleas legislativas y tribunales propios. Promulgan las leyes relacionadas con la salud, la educación, los impuestos locales y muchas otras cuestiones de importancia.

Como primer presidente de Estados Unidos, George Washington gobernó con un estilo federalista. Cuando los agricultores de Pennsylvania se negaron a pagar un impuesto federal sobre el licor, Washington movilizó a un ejército de 15.000 hombres pare sofocar la Rebelión del Whiskey. Con Alexander Hamilton al frente de la Secretaría de Hacienda, el gobierno federal se hizo cargo de las deudas de cada estado y creó una banca nacional. Estas medidas fiscales fueron concebidas pare alentar la inversión y persuadir a la iniciativa privada a que apoyara al nuevo gobierno.

En 1797, Washington fue sucedido por otro federalista, John Adams, quien se vio envuelto en una guerra naval no declarada contra Francia. En una atmósfera de histeria bélica, el Congreso, controlado por los federalistas, aprobó en 1798 las Leyes sobre Extranjeros y Sedición. Estas medidas permitieron la deportación o arresto de extranjeros "peligrosos", y prescribieron multas o prisión por publicar ataques "falsos, escandalosos y maliciosos" contra el gobierno. Diez editores republicanos fueron condenados conforme a la Ley de Sedición, la cual fue acremente denunciada por el abogado virginiano y principal autor de la Declaración de Independencia, Thomas Jefferson.

La represión a que dieron lugar las Leyes sobre Extranjeros y Sedición terminó en 1801, cuando Thomas Jefferson fue elegido presidente. Como Republicano, Jefferson fue un jefe del ejecutivo informal y accesible. Aunque quiso limitar el poder del presidente, la realidad política lo obligó a ejercer ese poder vigorosamente. En 1803 compró a Francia el inmenso territorio de Louisiana por US$15 millones: en adelante Estados Unidos se extendería hacia el oeste hasta las Montañas Rocosas. Cuando piratas norafricanos atacaron barcos estadounidenses, Jefferson envió una expedición naval en contra del estado de Trípoli.

Mientras tanto, la Corte Suprema, bajo su presidente John Marshall, afirmaba su propia autoridad. En el caso de Marbury vs. Madison, que se ventiló en 1803, Marshall afirmó que la corte declararía nulo cualquier acto del Congreso "contrario a la Constitución". Esa disposición estableció la idea más fundamental del derecho constitucional de Estados Unidos: la Corte Suprema toma la decisión final en la interpretación de la Constitución y, si los jueces determinan que una ley es inconstitucional, pueden declararla nula aunque haya sido promulgada por el Congreso y firmada por el presidente.

Durante las guerras napoleónicas, barcos de guerra británicos y franceses hostilizaron a buques de Estados Unidos. Jefferson respondió prohibiendo las exportaciones estadounidenses a Europa, pero los comerciantes de la región de Nueva lnglaterra protestaron porque su comercio se arruinaría por el embargo, el cual fue derogado por el Congreso en 1809. Sin embargo, en 1812 el Presidente James Madison le declaró la guerra a la Gran Bretaña por este asunto.

Durante la Guerra de 1812, los barcos de guerra estadounidenses tuvieron algunas victorias impresionantes, pero la marina inglesa, inmensamente superior, bloqueó los puertos de Estados Unidos. Los intentos por invadir al Canadá británico terminaron en catástrofe, y las fuerzas inglesas se tomaron y quemaron Washington, la nueva ciudad capital de la nación. Inglaterra y Estados Unidos convinieron en una paz pactada en diciembre de 1814; ninguna de las partes obtuvo concesiones de la otra. Dos semanas después, el General Andrew Jackson detuvo un asalto británico a New Orleans. La noticia del tratado de paz aún no llegaba a oídos de los soldados.

Después de la guerra, Estados Unidos gozó de un período de rápida expansión económica. Se construyó una red nacional de carreteras y canales, buques de vapor surcaban los ríos, y el primer ferrocarril de vapor se inauguró en Baltimore, Maryland, en 1830. La Revolución Industrial había llegado a Estados Unidos: la región de Nueva Inglaterra contaba con fábricas de textiles y Pennsylvania con fundiciones de hierro. Para la década de 1850 había fábricas que producían artículos de hule, máquinas de coser, zapatos, ropa, equipos agrícolas, pistolas y relojes.

Las tierras colonizadas crecieron hacia el oeste, más allá del Río Mississippi. En 1828 Andrew Jackson fue elegido presidente: el primer hombre en ocupar este cargo quien haya nacido en el seno de una familia pobre y en el oeste de Estados Unidos, lejos de las tradiciones culturales del litoral del Atlántico. Jackson y su nuevo Partido Demócrata, herederos de los Republicanos de Jefferson, promovieron un credo de democracia popular y atrajeron a los miembros humildes de la sociedad: los agricultores, los mecánicos y los obreros. Jackson destruyó el poder del Banco de Estados Unidos, que había dominado la economía de la nación. Premió con empleos gubernamentales a sus partidarios sin experiencia pero de probada lealtad. Puso tierras a disposición de los colonizadores del oeste, obligando a las tribus indígenas a emigrar al oeste del Río Mississippi.

Conflicto local: La era de optimismo de Jackson se vio nublada por la existencia en Estados Unidos de una contradicción social cada día más claramente percibida como un mal social que con el tiempo desgarraría a la nación: la esclavitud. Las palabras de la Declaración de Independencia que todos los hombres nacen iguales carecían de sentido para el millón y medio de negros que eran esclavos. Thomas Jefferson, él mismo dueño de esclavos, reconoció que el sistema era inhumano e incorporó en la Declaración una impugnación de la esclavitud, pero los delegados sureños ante el Congreso Continental lo obligaron a eliminar esa parte. La importación de esclavos fue proscrita en 1808, y muchos estados del norte impulsaron la abolición de la esclavitud, pero la economía sureña se basaba en enormes plantaciones que usaban mano de obra esclava para cultivar algodón, arroz, tabaco y azúcar. Sin embargo, en varios estados del sur, pequeñas poblaciones de negros libres trabajaban también como artesanos o comerciantes.

En 1820, políticos del norte y del sur debatieron la cuestión de si la esclavitud sería legal en los territorios del oeste. El Congreso optó por pactar: se permitió la esclavitud en el nuevo estado de Missouri y en el territorio de Arkansas, y se prohibió en todas partes al oeste y al norte de Missouri. Pero el punto en disputa no desaparecí, y mientras que algunos se organizaban en sociedades abolicionistas, principalmente en el norte, los blancos sureños defendían la esclavitud con creciente pasión. La nación también se hallaba dividida en torno a la cuestión del alto arancel que protegía a las industrias del norte pero elevaba los precios para los consumidores del sur.

Mientras tanto, miles de estadounidenses se habían establecido en Texas, que en ese entonces formaba parte de México. Para los texanos el régimen mexicano bajo el General Santa Anna era cada vez más opresivo, y en 1835 se rebelaron, derrotaron a un ejército de ese país y fundaron la república independiente de Texas. En 1845 Texas se anexó a Estados Unidos, y México suspendió relaciones diplomáticas. El Presidente James K. Polk envió tropas estadounidenses al territorio disputado en la frontera texana. Después de una batalla entre soldados mexicanos y estadounidenses en mayo de 1846, el Congreso declaró la guerra a México.

Un ejército estadounidense desembarcó cerca de Veracruz en marzo de 1847 y tomó la Ciudad de México en septiembre. A cambio de US$15 millones, México se vio forzado a ceder una vastísima porción de su territorio: la mayor parte de lo que hoy es California, Arizona, Nevada, Utah, Nuevo México y Colorado.

En 1846, al zanjar una larga disputa fronteriza con el Canadá británico, Estados Unidos había adquirido derechos indiscutibles sobre la porción sur de la región de Oregón: los actuales estados de Oregón, Idaho y Washington. De este modo, Estados Unidos se convirtió en una potencia verdaderamente continental que se extendía desde el Atlántico hasta el Pacífico.

La adquisición de estos nuevos territorios reavivó una inquietante duda: ¿se abrirían a la esclavitud estas tierras recién adquiridas? Desde mediados del siglo XVII se traían esclavos de Africa para que trabajasen en las grandes plantaciones del sur. Los sureños pretendían que se extendiese la esclavitud a los nuevos territorios del oeste. Los norteños se oponían. En 1861 empezó la Guerra Civil entre norte y sur.

En 1850 el Congreso convino en otro pacto: California fue admitida como estado libre, y los habitantes de los territorios de New México y Utah debían decidir la cuestión por sí mismos. El Congreso también aprobó la Ley del Esclavo Fugitivo, que ayudaba a los surños a recapturar esclavos que hubieran huido a los estados libres. Sin embargo, algunos estados del norte no hicieron cumplir esta ley y los abolicionistas seguían ayudando a los negros que escapaban. Harriet Beecher Stowe, de Massachusetts, escribió Uncle Tom's Cabin (La cabaña del Tío Tom), novela sentimental pero ferozmente en contra de la esclavitud, que convirtió a muchos lectores a la causa abolicionista. En la vida política, económica y cultural de Estados Unidos, el tema de la esclavitud pasó a ser el punto central de disputa.

En 1854, el Senador Stephen Douglas, de Illinois, convenció al Congreso de permitir a los habitantes de los territorios de Kansas y Nebraska resolver la cuestión de la esclavitud dentro de sus propias fronteras, lo cual anuló el Pacto de Missouri de 1820. En Kansas, el resultado fue una contienda violenta entre los colonizadores que estaban a favor de la esclavitud y los que estaban en contra de ella. En 1857, la Corte Suprema hizo público el fallo Dred Scott, que sostenía que los negros no tenían derechos como ciudadanos estadounidenses y que el Congreso no tenía autoridad para proscribir la esclavitud en los territorios del oeste.

En 1858, cuando el Senador Douglas buscó la reelección, fue desafiado por Abraham Lincoln y el Partido Republicano (un nuevo partido en contra de la esclavitud, y que nada tenía que ver con el Partido Republicano de Jefferson). En una serie de debates históricos con Douglas, Lincoln exigió un alto a la expansión de la esclavitud. Estaba dispuesto a tolerarla en los estados del sur, pero al mismo tiempo afirmó que "este gobierno no puede subsistir permanentemente siendo mitad esclavo y mitad libre".

La Guerra Civil: Lincoln perdió la contienda senatorial, pero en 1860 él y Douglas volvieron a enfrentarse: esta vez como los candidatos presidenciales Republicano y Demócrata. Para entonces la tensión entre el norte y el sur era extrema. En 1859, John Brown, un fanático del abolicionismo, había tratado de iniciar una rebelión de esclavos en Virginia atacando un depósito de municiones del ejército. Brown fue rápidamente capturado, juzgado y sentenciado a la horca, tras de lo cual muchos habitantes del norte lo aclamaron como mártir. Sin embargo, los blancos del sur se convencieron de que el norte estaba dispuesto a poner fin a la esclavitud mediante una guerra sangrienta. Douglas conminó a los Demócratas sureños a permanecer en la Unión, pero estos por su parte nombraron su propio candidato presidencial y amenazaron con separarse si los Republicanos resultaban victoriosos.

La mayoría en los estados sureños y fronterizos votaron contra Lincoln, pero el norte lo apoyó y ganó las elecciones. Unas semanas después, Carolina del Sur decidió mediante votación abandonar la Unión. Pronto se le unieron Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Louisiana, Texas, Virginia, Arkansas, Tennessee y Carolina del Norte. Estos estados se proclamaron nación independiente los Estados Confederados de América y así empezó la Guerra Civil.

Los sureños declararon que no peleaban sólo por la esclavitud: después de todo, la mayoría de los soldados confederados eran demasiado pobres para poseer esclavos. El sur estaba empeñado en una guerra de independencia: una segunda revolución. Los confederados generalmente tuvieron la ventaja de pelear en su propio territorio, y su moral era excelente. Tenían magníficos soldados de infantería, de caballería y generales, pero eran mucho menores en número que las fuerzas de la Unión (del norte). La red ferrocarrilera y la base industrial del sur no podían sostener un esfuerzo bélico moderno. La marina de la Unión rápidamente impuso un bloqueo que creó graves escaseces de material bélico y bienes de consumo en la confederación. Para librar la guerra, ambas partes suspendieron algunas libertades civiles, imprimieron montañas de papel moneda y recurrieron al reclutamiento.

Las dos prioridades de Lincoln fueron mantener a Estados Unidos como un sólo país y librar a la nación de la esclavitud. El reconoció que al hacer de la guerra una batalla contra la esclavitud podría obtener apoyo pare la Unión tanto en el interior como en el exterior. Consecuentemente, el 1° de enero de 1863 dio a conocer la Proclama de Emancipación, que otorgaba libertad a todos los esclavos en áreas aún controladas por la Confederación.
El ejército sureño (Confederado) obtuvo algunas victorias en la primera etapa de la guerra, pero en el verano de 1863 su comandante, el General Robert E. Lee, se enfiló hacia Pennsylvania en el norte. En Gettysburg se encontró con un ejército de la Unión, y así dio comienzo la batalla de mayor magnitud jamás librada en suelo norteamericano. Después de tres días de lucha desesperada, los Confederados fueron derrotados. Al mismo tiempo, en el Río Mississippi, el General Ulysses S. Grant, de la Unión, tomó la importante ciudad de Vicksburg. Las fuerzas de la Unión controlaban ahora todo el valle del Mississippi, dividiendo en dos a la Confederación.

En 1864, un ejército de la Unión al mando del General William T. Sherman atravesó Georgia destruyendo el campo. Mientras tanto, el General Grant se batía implacablemente con las fuerzas de Lee en Virginia. El 2 de abril de 1865, Lee se vio forzado a abandonar Richmond, la capital de la Confederación. Una semana después se rindió ante Grant en el palacio de justicia de Appomattox, y todas las demás fuerzas confederadas se rindieron poco después. El 14 de abril Lincoln fue asesinado por el actor John Wilkes Booth.

La Guerra Civil fue el episodio más traumático de la historia de Estados Unidos. Las cicatrices no se han cerrado por completo hasta el día de hoy. Todas las guerras posteriores en que ha participado Estados Unidos han tenido lugar mucho más allá de sus fronteras, pero este conflicto devastó al sur y sometió a esa región a la ocupación militar. El país perdió más hombres en esta guerra que en cualquier otra: un total de 635.000 muertos en ambos bandos.

La guerra resolvió dos cuestiones fundamentales que habían dividido a Estados Unidos desde 1776: puso fin a la esclavitud, que fue completamente abolida por la Enmienda 13 de la Constitución en 1865; y decidió, de una vez por todas, que Estados Unidos no es una colección de estados semi-independientes sino una sola nación indivisible. Después de cuatro amargos años de guerra, se conservó la Unión y se liberó a los esclavos. Aunque la victoria del norte en la Guerra Civil aseguró la integridad de Estados Unidos como nación indivisible, muchas cosas se destruyeron en el curso del conflicto, y el objetivo secundario de la guerra, la abolición del sistema de esclavitud, se logró sólo de manera imperfecta. Para los negros, ha sido una lucha larga y penosa en busca de la igualdad. Muchos se trasladaron a las ciudades del norte, sólo para afrontar nuevas dificultades. Pero un creciente movimiento en pro de los derechos civiles continúa bregando en contra de empecinados sistemas sociales y económicos con el fin de garantizar igualdad de oportunidades para los negros en materia de vivienda, educación y trabajo.

La Reconstrucción: La derrota de la Confederación dejó económicamente destruida la región agrícola más fértil del país, y devastó su rica cultura. Al mismo tiempo, la abolición legal de la esclavitud no trajo igualdad para los antiguos esclavos. Inmediatamente después de la Guerra Civil, las legislaturas de los estados sureños, temerosas de la manera cómo los antiguos esclavos pudieran ejercer su derecho al voto y también ávidas por rescatar lo que pudieran de su anterior estilo de vida, trataron de impedir que los negros votaran y decretaron "códigos negros" para restringir la libertad de los antiguos esclavos. Aunque los republicanos "radicales'' del Congreso trataron de proteger los derechos civiles de los negros y de incorporarlos en la corriente principal de la vida de Estados Unidos, sus esfuerzos fueron resistidos por el Presidente Andrew Johnson. Johnson, un sureño que había permanecido leal a la Unión durante la Guerra Civil y prestado servicio como vicepresidente republicano, asumió la presidencia al ser asesinado Abraham Lincoln.

En marzo de 1868, la Cámara de Representantes respondió a la oposición de Johnson para adoptar soluciones radicales intentando relevarlo de su puesto. Los cargos que se le imputaban carecían de fundamento, y el Senado votó en contra de una moción para declararlo culpable. En opinión de muchos, Johnson había sido demasiado indulgente con los antiguos confederados, pero su descargo constituyó una importante victoria para un principio fundamental del gobierno estadounidense. Dicho principio es la separación de poderes entre las ramas legislativa, ejecutiva y judicial del gobierno. El descargo de Johnson ayudó a conservar el delicado equilibrio del poder entre el presidente y el Congreso.

Sin embargo, este último pudo proseguir con su programa de "reconstrucción", o reforma, de los estados del sur, ocupados después de la guerra por el ejército del norte. Para 1870, los estados del sur eran gobernados por grupos de negros, blancos dispuestos a cooperar, y norteños trasplantados (llamados "explotadores"). Muchos negros sureños fueron elegidos para ocupar cargos en las legislaturas estatales y en el Congreso. Aunque existía cierta corrupción en estos gobiernos estatales "reconstruidos", fue mucho lo que hicieron por mejorar la educación, impulsar los servicios sociales, y proteger los derechos civiles.

La Reconstrucción fue amargamente resentida por la mayor parte de los blancos del sur, algunos de los cuales formaron el Ku Klux Klan, sociedad secreta violenta que esperaba proteger los intereses y ventajas de los blancos aterrorizando a los negros e impidiéndoles lograr progresos sociales. Para 1872 el gobierno federal había suprimido al Klan, pero los demócratas blancos seguían recurriendo a la violencia y al temor para reconquistar el control de sus gobiernos estatales. La Reconstrucción llegó a su fin en 1877, cuando en todos los estados sureños se ratificaron constituciones nuevas y las tropas federales en su totalidad fueron retiradas de la región.

Pese a las garantías constitucionales, los negros del sur eran ahora "ciudadanos de segunda clase"; es decir, estaban subordinados a los blancos aun cuando gozaban de ciertos derechos civiles. En algunos estados sureños, los negros podían votar y ocupar puestos de eiección. Había segregación racial en escuelas y hospitales, pero los trenes, parques y otras instalaciones públicas todavía podían ser usadas, en general, por personas de una y otra raza.

Hacia fines de siglo XIX, este sistema de segregación y opresión de los negros se tornó mucho más rígido. En el caso de Plessy vs. Ferguson, ventilado en 1869, la Corte Suprema de Estados Unidos determinó que la Constitución permitía instalaciones y servicios separados para las dos razas, siempre que dichas instalaciones y servicios fueran iguales. Sin más tardanza, las legislaturas de los estados del sur destinaron a los negros instalaciones separadas, pero desiguales. Las leyes pusieron en vigor una estricta segregación en el trasporte público, los teatros, los deportes e incluso en los ascensores y cementerios. La mayoría de los negros y muchos blancos pobres perdieron el derecho de voto debido a que no tenían recursos suficientes para pagar los impuestos que habían sido decretados para excluirlos de la participación política, y a que no sabían leer ni escribir. A los negros que eran acusados de delitos menores se les sentenciaba a trabajos forzados y algunas veces eran asediados por turbas violentas. La mayoría de los negros del sur, debido a su pobreza e ignorancia, seguían labrando las tierras como agricultores arrendatarios. Aunque legalmente eran libres, vivían y eran tratados como esclavos.

El éxodo hacia el oeste: En los años siguientes a la Guerra Civil en 1865, los norteamericanos colonizaron la mitad de la región occidental de Estados Unidos. Los mineros que buscaban oro y plata se trasladaron a la región de las Montañas Rocosas. Los agricultores, incluidos muchos inmigrantes alemanes y escandinavos, se establecieron en Minnesota y en las dos Dakotas. En las planicies de Texas y en otros estados occidentales apacentaban enormes rebaños de ganado vacuno, manejados por jinetes contratados (vaqueros) que pasaron a ser los personajes más célebres y románticos de la cultura de Estados Unidos. La mayoría de esos jinetes habían sido soldados o esclavos sureños, que se habían desplazado al oeste tras la derrota del sur. El vaquero era el héroe de los Estados Unidos: trabajaba largas horas en las vastas llanuras a cambio de un salario bajo. No era tan violento como se lo representó después el cine moderno.

Los colonizadores y el ejército de Estados Unidos sostuvieron batallas frecuentes con los indígenas, cuyas tierras estaban siendo invadidas por la corriente de colonizadores blancos, pero también en este caso se ha exagerado el derramamiento del sangre. Un total de aproximadamente 7.000 blancos y 5.000 indígenas fueron muertos en el curso del siglo XIX. Un número mayor de indígenas murió de enfermedades y hambre causadas por el desplazamiento de los colonizadores hacia el oeste. Los blancos sacaron a los indígenas de sus tierras y acabaron con casi todos los búfalos, que eran la fuente principal de alimento y pieles para las tribus de las Grandes Praderas.

sábado, 23 de abril de 2016

LAS DICTADURAS MILITARES


Es una forma de gobierno que se caracteriza fundamental mente por la falta de control democrático en la gestión pública. El poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador), generalmente a través de la consolidación de un gobierno de facto, que se caracteriza por una ausencia de división de poderes.

El origen de las dictaduras es en roma en casos de guerra o estados de emergencia dotaba a un hombre de poderes absolutos durante un periodo máximo de 6 meses sin que por ello quedase derogado el ordenamiento político y jurídico existente.

Dictaduras autoritarias: 
No tiene una ideología tan elaborada, el ensalzamiento del líder se hace de forma meramente propagandística.

No busca el apoyo de las masas, sólo someterlas.

Su meta última no es realizar grandes cambios en la sociedad sino únicamente imponer su poder sobre la misma.

Dictadura totalitarista:
Concentración de poder en una sola persona o grupo muy reducido, usualmente un partido político o movimiento, Empleo sistemático del terror, por medio de una policía secreta para eliminar a la disidencia, Uso de los campos de concentración para aislar a la oposición.

Dictadura farsista: 
Si bien es un régimen totalitario de gobierno, para llegar al poder se utilizó el medio social establecido, sin violar las leyes ni imponerse por la fuerza. Su fuerza se basa en el apoyo de las masas, principalmente de la clase media, la cual se ve perjudicada por los movimientos obreros y sindicales, y por los bloques de poder del gran capital.

Dictadura constitucional
Es una forma de gobierno dictatorial en la que, aunque se respeta la en realidad el poder se concentra de manera autoritaria o totalitaria en las manos de un dictador, controlando éste, directa o indirectamente, los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Dictadura militar:
Se caracteriza por que las instituciones ejecutivas, legislativas y jurídicas son controladas por las fuerzas armadas que impiden cualquier forma de control democrático. Suelen originarse como consecuencia de la supresión del sistema de gobierno existente hasta entonces tras un pronunciamiento militar o golpe de estado.

A lo largo de todo el siglo XX, con el objetivo de conservar los aspectos centrales de un orden social que garantizaba, reproducía y ampliaba sus beneficios económicos, las clases dominantes de los países de América Latina impulsaron golpes de Estado llevados a cabo por las Fuerzas Armadas de sus respectivos países.

Entre los años 1964 y 1984, casi todos los países latinoamericanos estaban gobernados por dictaduras militares. Pero, a diferencia de aquellas que representaron una continuidad del orden oligárquico construido en el siglo XIX, o de las que interrumpieron la ampliación de los derechos de los ciudadanos propuestos por los movimientos sociales, en varios países del continente, las dictaduras militares que se desarrollaron a partir de la década de 1960, en países como Brasil, Chile, Uruguay y Argentina, buscaron transformar económica y políticamente las sociedades en las cuales se produjeron.

Augusto Pinochet (Chile)
Nombrado presidente de la República por los demás integrantes de la Junta de Gobierno el 17 de diciembre de 1974. Inmediatamente Pinochet llamó al general Manuel Contreras 

para que organizara la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), organismo represivo del Estado que violará sistemáticamente los Derechos Humanos durante su existencia. A diferencia de la mayor parte de las naciones latinoamericanas, antes del golpe de estado de 1973 Chile había tenido una larga tradición de civilidad democrática y apego al estado de Derecho. 
Gustavo rojas pinilla (Colombia)
Fue un dictador militar, ingeniero civil político y presidente de Colombia, cargo que asumió de facto mediante un golpe de estado, desde el 13 de junio de 1953 hasta el 10 de mayo de 1957.En su gobierno fueron conocidos los derechos políticos a la mujer colombiana y llegada de la televisión al país. Frente a la violencia partidista y la crisis de gobernabilidad, Rojas Pinilla, apareció como salvador y termino disfrazado de dictador

José Videla (Argentina)
Jefe de estado mayor del ejército Argentino y a partir de 1975 comandante en jefe de las fuerzas armadas, 24 de marzo de 1976encabezo el golpe de estado que derroco al presidente María Estela Marines de Perón algunas acciones del nuevo gobierno:

Suspende la actividad política

Suspende los derechos de los trabajadores

Interviene los sindicatos

Prohíbe las huelgas
Hugo Banzer (Bolivia)
Fue dictador por 7 años dejando una de las deudas externas más grandes que tubo Bolivia, participo en el plan Cóndor. Ilegaliza los partidos de izquierda, suspende la centrar obrera boliviana (COB), y clausura las universidades.

Hasta el final del gobierno de facto no menos de 35000 bolivianos entre arrestados exiliados sufrieron las represalias del poder. De entre ellos alrededor de 500 fueron muertos o hechos desaparecer.

Alfredo Stroessner (Paraguay)
Dictadura que duro 35 años, caracterizada por el retraso económico cultural y social cuyos efectos persiguen hasta el día de hoy. Suprimió las garantías constitucionales, prohibió los partidos políticos y ejerció una dura presión durante su régimen fueron asesinadas entre 3000 y 4000 personas debido a sus tácticas de mano dura contra la disidencia, en especial a los comunistas, empleando la tortura el secuestro asesinatos políticos y el crecimiento de la corrupción.

Anastasio Somoza García (Nicaragua)
Durante su gestión se construyeron vistosos edificios públicos, impulso tanto el cultivo de algodón como su explotación logro mantener la tasa de desempleo en cero. En su poder se encontraban compañías textiles destilarías líneas mercantes plantación y la línea área nacional. Otorgo becas de estudio tanto para los estudios secundarios como universitarios dentro y fuera de las fronteras del país.

Las dictaduras no dejaron casi ningún bien en Latinoamérica salvo en algunos países la creación de memorias históricas y movimientos de victimas que buscan la justicia para reparar esas desgracias que trajeron los dictadores, en general dichas agresiones que marcaron la historia son la desaparición de civiles, el asesinato de civiles, el exilio, las deudas externas y un gran y profundo atraso en los campos de economía cultural y social a nivel general.

Se considera las repúblicas bananas porque en este tiempo de crisis política en América latina se instauro una compañía estadounidense llamada “united fruit company” que compro tierras fértiles en países mas que todo centro americanos y los utilizo como cultivos de bananos para exportación pero esta compañía nunca fue justa con la mano de obra y prácticamente exploto los recursos latinos, encasillándolos como naciones netamente de campo y su gente son fruta que necesita y sirve a la compañía sin protestar, las moscas los dictadores que succionan lo mejor de la fruta en mal estado y el cultivador la empresa este término fue empleado por Neruda en su poema la united fruit co.

No aunque esto sea una clara corrupción y desfalco a la población de una nación no se puede considerar una dictadura ya que no está vulnerando derechos humanos, reprimiendo a los partidos políticos de oposición , no se neutraliza el poder , ni se borra las otras tres ramas del poder. Por lo tanto no se considera dictadura pero si es una forma de gobierno corrupta que puede ser denunciada y rechazada. 

Una situación de facto es aquella que, existiendo en la realidad, no ha sido reconocida formalmente, ya sea mediante los mecanismos legales vigentes o por la autoridad competente. Es decir las d dictaduras de facto son aquellas que parecen dictaduras pero que no se pude comprobar si en verdad es dictadura y asea porque las 3 ramas de poder están dirigidas por otros con el mismo fin o por la falta de investigación 

En Latinoamérica es más común las de tipo militar que casualmente la mayor parte de los dictadores militares latinoamericanos fueron formados en la Escuela de las Américas (escuela norteamericana), institución que en el contexto de la Guerra Fría garantizó la fidelidad de los ejércitos latinoamericanos a la política exterior de los Estados Unidos. En el caso de América Latina se usó habitualmente la amenaza del comunismo. Entonces las dictaduras si son patrocinadas aunque no se tengan pruebas y son para prevenir la implantación de otro modelo político social que no sea el capitalismo propuesto por Estados Unidos donde es el absoluto dueño de casi todo el capital.

Después de la Segunda Guerra Mundial, América Latina quedó incluida en el bloque occidental capitalista, lo que determinó su desarrollo económico y político en los años siguientes. En la década del cincuenta se presentaron varios intentos reformistas radicales, especialmente en Bolivia y Guatemala, que se convirtieron en revoluciones nacionalistas. Estos y otros movimientos fracasaron debido a la dependencia con respecto a Estados Unidos. Cuba fue la excepción. 

Al comienzo de los años setenta, en América Latina, se establecieron dictaduras militares. A su vez, en Centroamérica tuvieron lugar importantes acontecimientos, como la revolución sandinista. Las constantes crisis económicas llevaron a que en los años noventa, se efectuara un proceso de democratización que condujo a la renovación política. En el siglo XXI, se han establecido gobiernos democráticos con una clara tendencia de oposición a Estados Unidos. Son los casos de Brasil, Ecuador, Venezuela y Bolivia.

La década del cincuenta 
El panorama político latinoamericano cambió después de 1948. En este año, se reunieron en Bogotá los representantes de todos los países del continente americano, para fortalecer el llamado panamericanismo, es decir, la asociación y la cooperación entre las naciones americanas. A partir de esta reunión, se creó la Organización de los Estados Americanos, OEA. 

Desde su nacimiento, la OEA tuvo una marcada influencia estadounidense debido a que la entrada de América Latina en la Guerra Fría, la había colocado en la órbita de los países del bloque Oeste, de tendencia capitalista. La influencia estadounidense en la OEA se hizo evidente en la Conferencia de Caracas, en 1954, en la cual Estados Unidos declaró que la actividad comunista en cualquier país americano implicaba una amenaza a su sistema y que, por lo tanto, debía ser tratado como un tema de asuntos internos. Sin embargo, la alternativa política latinoamericana oscilaba entre la dictadura y la democracia. 

Dictaduras y democracias 
En la década del cincuenta, la vida política se debatió entre las democracias y el viejo esquema de las dictaduras, muchas de ellas resultado de las ocupaciones militares de Estados Unidos, como los casos de Somoza en Nicaragua y de Trujillo en República Dominicana. Estas dictaduras se convirtieron en instrumento de conquista económica para las familias en el poder. Los Trujillo y los Somoza fueron dueños de una considerable parte de la riqueza nacional. 

Otros casos representativos de la política del período fueron: 

Brasil. Tras la muerte de Getulio Vargas en 1954, resultó electo Juscelino Kubitschek. Su política se orientó a la transformación económica, la cual, aunque logró buenos resultados, tuvo un costo social muy alto, pues los salarios se redujeron notablemente y la inflación se disparó. 

Venezuela. Un golpe militar derribó de la presidencia al escritor Rómulo Gallegos en 1948, y dio paso a diez años de dictadura militar, la mayor parte de ellos a la cabeza del general Marcos Pérez Jiménez. Estos fueron los años de la prosperidad petrolera en Venezuela. Cuando el general abandonó el poder en 1958, las elecciones fueron ganadas por Rómulo Betancourt, quien, inició importantes reformas sociales, agrarias y económicas. 

Paraguay. Su tradición militar se afianzó a partir de la década del cuarenta, en la cual gobernaron los generales José Estigarribia, Higinio Morínigo, Juan González y Federico Chávez. Este último fue derrocado en 1954, y el ejército comenzó su gestión directa con la presidencia de Alfredo Stroessner, quien gobernó hasta 1989 .

Centro América y el Caribe. En Cuba ascendió Fulgencio Batista por golpe militar y en Haití fue elegido Francoís Duvalier, quien se declaró dictador. 
Otros países. A diferencia de los anteriores, otros países mantuvieron la estabilidad política en la medida que prolongaron las experiencias de las décadas anteriores. Tal fue el caso de México con Lázaro Cárdenas; de Uruguay con el gobierno de Battle y de Argentina con su tradición peronista. Estos países coincidieron en buscar un equilibrio social mediante fórmulas políticas y sociales, que al finalizar este período se agotaron. Además de este panorama político, otra de las características sobresalientes de América Latina durante la década del cincuenta fue la aparición de procesos revolucionarios.

La Revolución boliviana 
Bolivia era económicamente importante por sus minas de estaño, el cual estaba comprometido desde 1943 con Estados Unidos. Sin embargo, la situación política no era estable y continuamente se presentaban huelgas mineras. En 1944 un golpe de Estado llevó a la presidencia al coronel Gualberto Villaroel. El Movimiento Nacionalista Revolucionario y el Partido Obrero Revolucionario compartieron el poder y dominaron las zonas mineras. Esta situación llevó a que los grandes dueños de las minas, que contaban con el respaldo de las Naciones Unidas, asumieran una actitud de oposición frente al gobierno. La economía se agravó y un nuevo golpe militar derribó a Villaroel. 

Hasta 1951 el país estuvo regido por una política conservadora que dio fuerza a los sectores revolucionarios que llegaron al poder con Víctor Paz Estenssoro en 1952. De este modo, comenzó la revolución nacional, que consistió principalmente en la nacionalización del estaño y en una reforma agraria que pretendía levantar el nivel de vida de la población minera y campesina. Paz Estenssoro, para consolidar el éxito de su revolución, estrechó sus relaciones con Estados Unidos y así aseguró los préstamos necesarios. Sin embargo, las imposiciones norteamericanas terminaron por generar un gran agotamiento económico. Con ello, la revolución nacional llegó a su fin, y pese a la nacionalización minera y a la reforma agraria, Bolivia siguió sufriendo las consecuencias de su dependencia económica. 

La revolución de Arbenz en Guatemala 

En 1944, la larga dictadura del general Jorge Ubico fue interrumpida gracias a una revolución militar que, orientada por un grupo de universitarios jóvenes, impuso en el poder al profesor de pedagogía J.J. Arévalo. El gobierno de Arévalo comenzó una política revolucionaria que fue continuada por el coronel Juan Jacobo Arbenz en 1950. 

El coronel Arbenz, dentro de una conciencia nacionalista, comenzó un proceso de reforma agraria que confiscaba las tierras bananeras de la compañía norteamericana United Fruit Company. Como indemnización por la confiscación, el gobierno de Guatemala pretendió pagar el valor que la empresa le daba a estas tierras para evadir los impuestos. En respuesta, Estados Unidos, _apoyado en el argumento de la "amenaza soviética': acusó al presidente Arbenz de ser un conspirador comunista. Entonces, con la colaboración de la CIA, preparó una invasión desde la plantación de la United Fruit en Honduras. Esta se efectuó en 1954 bajo el mando del general guatemalteco Carlos Armas quien asumió el poder, primero como presidente y luego como dictador. Con Arbenz en el destierro se acabó la revolución guatemalteca. 

La Revolución cubana 
La única revolución que se consolidó en América Latina, luego del episodio guatemalteco, fue la Revolución cubana. Esto se debió básicamente a la protección que le prestó la Unión Soviética (URSS), que era el principal representante del bloque opuesto al estadounidense. Si todavía en 1958 parecía definible la posición de revolucionarios como Víctor Paz Estenssoro, quienes pensaban que en América Latina solo eran viables las innovaciones que contaran con la aprobación de Estados Unidos, después de la Revolución cubana esa opinión parecía refutada por los hechos: un país Latinoamericano había tomado el camino del comunismo. 

Los inicios de la revolución 
En 1952, Fulgencio Batista derrocó al presidente electo Prío Socarrás e implantó un régimen dictatorial que contó con el apoyo de Estados Unidos. Durante su gobierno, en Cuba se establecieron azucareras, hoteles, clubes nocturnos y casinos, generalmente de propiedad de delincuentes norteamericanos, por lo cual, estos lugares servían para el lavado de activos. Allan Dulles, director de la CIA en aquel entonces, era propietario de la Francisco Sugar, una de las azucareras que se establecieron en la isla. En síntesis, por esos años Cuba se convirtió en centro de negocios y de recreo para actores, millonarios y políticos norteamericanos. El proceso de revolución comenzó el 26 de julio de 1953, cuando el estudiante de derecho, Fidel Castro, dirigió la toma del cuartel de Moncada, la segunda guarnición del país, ubicada en Santiago de Cuba en respuesta al golpe de Estado de Batista. El movimiento fracasó y Castro fue apresado. Sin embargo, unos meses después fue absuelto y marchó al exilio a México. 

En su exilio, Castro organizó una pequeña expedición que penetró en Cuba tras el desembarco del yate Granma, en noviembre de 1956. Castro y su Movimiento 26 de Julio M-26, crearon un foco guerrillero en Sierra Maestra, provincia de Oriente, que al poco tiempo se convirtió en el Ejército Rebelde. 

A partir de 1957 la guerrilla castrista salió lentamente de su aislamiento y comenzó una ofensiva en los llanos. La apertura de nuevos frentes guerrilleros y la coordinación de las acciones militares, por parte del médico argentino Ernesto "el Che" Guevara, consolidaron el avance revolucionario. 

En 1958, Estados Unidos decidió suspender el envío de armas a Batista/ya finales de ese año la resistencia del dictador se desmoronó. Esto permitió el triunfo de la revolución el primero de enero de 1959, con la toma de La Habana. 

El nuevo gobierno cubano reformó la Constitución y promovió una reforma agraria sin precedentes en América Latina. Junto a esta, a mediados de 1960, comenzó una intensa nacionalización, comenzando por la confiscación de las empresas azucareras extranjeras, y seguidamente, los bancos y todas las compañías privadas.

La transición hacia el socialismo 
La hostilidad contra el gobierno revolucionario se acentuó frente a las audacias que se mostraron en el manejo de los asuntos económicos. Sus reformas afectaron de inmediato los intereses de las compañías azucareras. Precisamente, uno de los afectados fue Allan Dulles, director de la CIA, de quien hablamos anteriormente, pues perdió cerca de 71.300 hectáreas de tierra. 

Ante los desafíos del gobierno cubano, Estados Unidos comenzó el bloqueo económico de la isla. Para ello, redujo su exportación de petróleo, dejó de comprar azúcar y otros productos cubanos. 

Ante esta situación, la Unión Soviética se apresuró a aprovechar la oportunidad y ofreció su propio mercado para Cuba: se comprometió a comprarle azúcar y a abastecerla de petróleo. De este modo, la isla comenzó a reorientar su economía hacia el bloque oriental. 

Entonces, el gobierno norteamericano decidió buscar una salida militar al problema. En abril de 1961 unos pocos emigrantes cubanos, apoyados, entrenados y armados por Estados Unidos, intentaron invadir a Cuba. Estaban convencidos de que su llegada despertaría un levantamiento general contra el nuevo gobierno debido al descontento que las reformas de este habían generado entre algunos cubanos. Sin embargo, la invasión, que se realizó por Bahía Cochinos, fracasó. Cuba, sitiada económicamente y atacada militarmente, se transformó definitivamente en un país socialista y, en noviembre de 1961, la revolución se proclamó como marxista-leninista. 

Al año siguiente el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy denunció la construcción de bases de lanzamiento de misiles, por parte de la Unión Soviética, en Cuba. Por este motivo se generó una crisis y Estados Unidos ordenó el bloqueo naval de la isla, que dio lugar a la situación más tensa de la Guerra Fría. Finalmente, la URSS accedió a retirar los cohetes. 

Influjo de la Revolución cubana 
La Revolución cubana influyó en el ambiente político de América Latina. El rompimiento definitivo de Cuba con Estados Unidos y el miedo de este país a que se volviera a repetir una nueva experiencia semejante, le llevó a endurecer su política invadiendo militarmente algunos países como: 

Panamá. La primera acción se produjo en 1964 con ocasión de disturbios civiles nacionalistas. Esta invasión causó la muerte a varias personas. 

República Dominicana. Tras el asesinato de Trujillo, en 1961, asumió el poder Juan Bosch quien fue derrocado en 1963 por militares de la escuela de Trujillo. A su vez, en 1965 una revolución militar nacionalista que quería devolverle a este país el gobierno democrático trató de dar un golpe a los militares dictadores, pero la intervención militar estadounidense frustró el intento. 

La expansión de la ola revolucionaria y del castrismo tomó auge en los movimientos guerrilleros que se formaron en casi todos los países de América Latina. La mayor parte de estos grupos no logró sobrevivir a la represión, y esto dio lugar a una reacción conservadora que agotó los movimientos reformistas.

RESPONDER
1. ¿Qué beneficios trajeron las dictaduras América latina?
2. ¿Por qué se considera a América latina como las repúblicas bananas?
3. ¿Se pude considerar como dictadura las nuevas formas de gobierno como el clientelismo?
4. ¿Qué se considera dictadura de facto? 
5. ¿Qué tipo de dictaduras fueron más comunes y por quien o quienes fueron apoyadas?
6. Prepara una exposición de un caso de dictadura en América Latina, para compartirlo con tus compañeros de clase.

 
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