lunes, 25 de abril de 2016

LA RECONQUISTA ESPAÑOLA

A la fase del movimiento de las Juntas Americanas y la conformación de los primeros gobiernos, llamados en el Nuevo Reino de Granada la Primera República Granadina o Patria Boba, sucedió una etapa de reacción realista o reconquista española entre 1816 y 1819.

Hacia 1814, tras el regreso de Fernando VII al trono español, se organizó el ejército para la campaña de reconquista del territorio neogranadino. Estaba formado por un total de 10.000 soldados y 291 jefes bajo las órdenes del mariscal Pablo Morillo, quien se había hecho militar, como la mayor parte de sus hombres, durante la campaña de independencia de España del yugo francés. Esta tropa fue, junto con el batallón enviado a Veracruz en 1811, la única que España envió a sus colonias durante todo el proceso de independencia, lo que demuestra que la guerra de quince años se sostuvo con americanos fundamentalmente. Mientras el absolutismo español preparaba la máquina militar de aquel ejército expedicionario, los territorios venezolano y neogranadino veían sucumbir la resistencia patriota ante la reacción de los propios criollos. El año 1814, que presidió a la invasión de Morillo, fue uno de los más nefastos para la causa de la libertad. En Venezuela, donde existía una honda división entre esclavos, negros libres y mulatos (que eran la mayor parte de la población) y una minoría de blancos, los realistas, defensores del dominio español, lograron atraer para su causa sectores de origen negro. José Tomás Boves, un español acriollado en los llanos, aglutinó una fuerza llanera de hombres de color y los lanzó contra la república que había instalado Simón Bolívar en Caracas. Era una fuerza de caballería capaz de atacar certeramente un objetivo distante con enorme velocidad y precisión, y retirarse luego a sus bases de los llanos, donde no podían entrar los republicanos sin peligro de perecer. Ante la imposibilidad de aplastar la fuerza realista y una victoria de Boves en la Puerta el 3 de febrero de 1914, motivó a Bolívar a emprender una empresa de represión contra los realistas, que logro contenerlos por espacio de tres meses. En junio del mismo año, Boves obtiene una nueva victoria en la Puerta y, al mes siguiente tomó Valencia. Bolívar tiene que evacuar Caracas y dos días después la ciudad cayó en manos de los realistas y el 16 de julio entró en ella el temible Boves, quien persiguió a los patriotas durante su marcha hacia el este. Bolívar, traicionado por algunos de sus compañeros, fue depuesto de su mando como presidente y debió abandonar su patria el 8 de septiembre, embarcándose hacia Cartagena.

En Colombia las cosas no fueron mucho mejor. En Santa Marta, el levantamiento de los realistas quedó en permanente estado de guerra contra Cartagena. En el sur, las tropas realistas del brigadier Sámano avanzaron desde Pasto sobre Popayán, se apoderaron de Cali y Buga, amenazando con seguir hacia Santa Fe de Bogotá. El presidente de Cundinamarca, Antonio Nariño, comprendió el peligro y organizó un ejercito para detener a Sámano. En enero de 1814 tomó Popayán, donde se detuvo dos meses, y en marzo se movilizó hacia Pasto. El 10 de mayo atacó Pasto y fue derrotado. El ejercito cundinamarqués se dispersó por los alrededores y Nariño fue encontrado en las montañas por un soldado que lo entregó al brigadier Aymerich. El jefe realista lo encarceló y posteriormente, fue enviado a la Península, y en ausencia de Nariño, Cundinamarca cayó bajo la dictadura de Manuel Bernardo Álvarez, investido en sus poderes por el mismo Colegio Electoral ante el desastre de la campaña del sur.

A finales de septiembre de 1814 llegó a Cartagena Bolívar, tras el desastre de Venezuela. Se dirigió a Tunja, donde fue recibido por Camilo Torres, presidente del Congreso. Inmediatamente se le concedió mando de tropa y se le dio la misión de someter Cundinamarca. Con el apoyo de 2.800 hombres penetró en la provincia rebelde y finalmente sitió y asaltó Santa Fe de Bogotá, que capituló el 12 de diciembre del mismo año. El Colegio Federal nombró gobernador interino de Cundinamarca a José Miguel Pey e invitó al Congreso Federal a instalarse en la capital, lo que hizo en enero siguiente.

Bolívar recibió entonces la comisión de liberar Santa Marta. Se dirigió a la costa y pidió ayuda militar a Cartagena, que se la negó. Irritado por la falta de colaboración, puso sitio a la plaza patriótica durante un mes. Lo levantó cuando tuvo noticias de la llegada del ejército expedicionario de Morillo a Venezuela. Hizo entonces renuncia al mando y celebró un convenio de paz, embarcándose para Jamaica el 8 de mayo de 1815. Mientras tanto, el ejercito expedicionario que había salido de Cádiz el 17 de febrero de 1815, llegó a Margarita el 17 de abril. El jefe patriota Arismendi entregó la isla y fue perdonado por haberse alzado contra el rey. Tras tocar Cumaná, entro en Caracas, donde dio varias disposiciones militares que hicieron presagiar el fin del orden civil. Creó un Consejo de Guerra permanente contra los revolucionarios, sustituyó la Audiencia por un Tribunal de Apelaciones, erigió una Junta de Secuestros para confiscar los bienes de los patriotas que se habían comprometido en la lucha contra España, exigió un empréstito forzoso de 200.000 pesos y, finalmente, dio una proclama a los neogranadinos anunciándoles que sus tropas venían a restablecer el orden y la paz y no a verter sangre. Como Venezuela estaba ya pacificada, desde su punto de vista, la dejó al mando del general Salvador Moxó y partió hacia la Nueva Granada junto con 3.000 soldados venezolanos.

El ejército expedicionario de Morillo desembarcó en Cartagena el 20 de agosto y puso sitio a la plaza durante más de cien días. Se rindió el 5 de diciembre de 1815. Era la primera vez que alguien lograba tomar dicha ciudad desde que fuera fortificada a comienzos del siglo XVII.

La represión española fue muy dura. Unos 400 cartageneros fueron fusilados y otros fueron procesados por el Consejo de Guerra permanente. Morillo dejó 3.000 hombres en la ciudad a las órdenes del nuevo virrey y dividió el resto de su ejército en cuatro columnas para ocupar el territorio neogranadino: una hacia Ocaña y El Socorro, otra hacia el Chocó, la tercera a Antioquia y la cuarta por el Magdalena con dirección a Bogotá. Las tropas de la Confederación fueron derrotadas y Camilo Torres renunció, nombrándose presidente a Fernández Madrid para que hiciera la capitulación. Los restos del ejército patriota huyeron hacia los Llanos o hacia el sur y Santa Fe capituló ante la batalla de la Cuchilla del Tambo (30 de junio), donde el coronel realista Sámano venció la fuerza que dirigía el nuevo presidente de la Confederación, Liborio Mejía a quien Madrid había traspasado el cargo. La Patria Boba había dejado de existir.

La represión española en Bogotá fue sangrienta. El Tribunal de Purificación creado por Morillo enjuició a numerosos patriotas que fueron fusilados, como Antonio de Villavicencio, Miguel Pombo, Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Liborio Mejía, etc. En Bogotá quedó Sámano como gobernador y Morillo se movilizó hacia Venezuela.

 
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