Habitaban el territorio de La Sierra Nevada de Santa Marta
localizada en la parte norte de Colombia. Es un macizo montañoso, aislado del
sistema de los Andes. Territorio que va desde el nivel del mar hasta
aproximadamente los 900 m corresponde a clima árido y semiárido situado en el
piso térmico cálido, con una temperatura media superior a los 24 grados C. La
población Indígena que habitaba en la Sierra Nevada durante el siglo XVI
encontró la manera de aprovechar los recursos y de superar las restricciones
que esta tierra les presentaba como lo señalan hoy día las ruinas de numerosos
poblados con infraestructura de piedra, caminos, terrazas de cultivos, anales y
puentes.
Aparecen tres tipos de cerámica: la cerámica roja, trabajada
con técnica de espiral, de forma globular, subglobular y cilíndrica, decoración
de caras humanas y representaciones biomorfas. La cerámica negra con
desgrasante de arena fina y mica, recubierta con un engobe rico en hierro.
Característicos de este grupo son vasijas globulares, vasos
de cuello alto, jarras con asa central y vertedera, alcarrazas, platos,
recipientes de tres patas y ocarinas antropomorfas y zoomorfas. La cerámica
crema decorada con finas líneas incisas formando rejillas; apareen copas de pata
alta, recipientes de tres patas, vasos cilíndricos, jarras con vertedera y asa
central. Son frecuentes los rodillos y pintaderas que reproducen improntas de
aspecto mítico, con diseños geométricos posiblemente aplicados a una industria
textil.
La orfebrería Tairona se caracteriza por la perfección
técnica que lograron al elaborar sus trabajos; emplearon la fundición a la cera
perdida complementada con el martillado, el repujado, la soldadura y la
fundición en moldes abiertos o cerrados. En la metalurgia Tairona, los objetos son variados en cuanto a
la forma y a las técnicas empleadas en su elaboración. Existen figuritas
fantásticas que llevan grandes atavíos de plumas y máscaras de felinos; hay
aves y reptiles, discos repujados, cascabeles, brazaletes, narigueras y otros
objetos, en su mayor parte hechos de cobre dorado o de tumbaga.
Los Taironas trabajan
admirablemente la piedra, no solo para extraer y labrar grandes bloques
destinados a las obras públicas, sino también para confeccionar objetos de
culto o de uso común, como bastones ceremoniales, máscaras, hachas rituales o
utilitarias, cinceles, piedras y manos de moler, cuentas para collares o para
fijar a los vestidos, pendientes y placas colgantes. Para la elaboración de
todos estos objetos emplearon principalmente granito, esquistos, cuarzo,
comalina, jadeita y nefrita, entre otras.
La estructura política de estos grupos locales indica que
todos los pueblos tenían un cacique, los cuales dependían a su vez, de otros
caciques principales. Se menciona que algunas poblaciones estaban divididas en
barrios, que eran más, un grupo de casas o aldeas dependientes de otra
población. Cada barrio tenía su propio cacique, y el conjunto de varios barrios
tenía un cacique principal. En la cúspide de la pirámide social estarían los
caciques, de quienes descansa la responsabilidad política y religiosa. Entre el
pueblo común, en la base de la estructura social, se encuentran los
especialistas de oficio, tales como agricultores, artesanos y mercaderes. La
comunidad mantenía a los ancianos y huérfanos. Existía poligamia. Para contraer
matrimonio, el hombre debía pagar a la familia de la novia un precio en bienes
como plumas, algodón, oro. Si ésta no le satisfacía, podía devolverla.
Se han hallado
cementerios en los que se observa diferentes tipos de sepulturas; tumbas
rectangulares cubiertas con loza, bóvedas de piedras con cubiertas labradas,
tumbas de pozo con cámara lateral y algunas fosas simples, encontrándose
además, urnas de cerámica generalmente tapadas. Se tiene noticia de que
guardaban los huesos y cenizas de sus antepasados en urnas y vasos grandes de
tierra cocida, y que a algunas personas, al morir, las desecaban al fuego.

Las viviendas Taironas se construyeron sobre terrazas
artificiales a las que se llegaba por caminos o escaleras de piedra. Las
viviendas eran hechas de madera o bahareque con techos de paja y de palma, por
lo general, de forma cónica. En todos los pueblos Taironas se han encontrado
numerosas obras de "ingeniería" como puentes, canales, alcantarillados,
patios ceremoniales, albercas, aljibes, etc. En 1976 fue descubierto el
complejo arquitectónico más grande de la zona, a 1300 metros sobre el nivel del
mar. Denominado ciudad perdida o buritaca 200, se compone de 26 terrazas, la
más grande de las cuales tienen 900 metros cuadrados. Su arquitectura se
integra a la naturaleza sin destruir la flora. La ciudad fue construida
alrededor del año 1300 a. de J.C.
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